jueves, 26 de abril de 2012

Bienvenidos a 1984

- ¿Cómo está el país?
- No nos podemos quejar.
- O sea que no está tan mal.
- Sí, fatal, ¡pero no nos dejan quejarnos!

En ocasiones la realidad parece un mal chiste. En otras, una ficción literaria, concretamente '1984' de George Orwell.

PP y CiU siguen con su monumental fraude democrático al llevar a cabo medidas de las que no hablaron o si lo hicieron fue para negar rotundamente que las fuesen a aplicar. La excusa comodín, la herencia recibida, lo justifica todo. Desde el aumento de impuestos de todo tipo para la ciudadanía de a pie - 'olvidando' aumentar los del capital o establecer uno para las grandes fortunas como en Francia -, pasando por la amnistía fiscal para el blanqueo de dinero de negra  procedencia y finalizando por los recortes en educación - pero no quitando las clases de religión que nos cuestan cientos de millones de euros - y los más sangrantes, los de sanidad.

En ese çambito se produce el repago de importantes prestaciones - prótesis, muletas, sillas de ruedas,... - a la que, como no, se llama en la neolengua 'ajustes para el sostenimiento del sistema sanitario'. Se incrementa el coste que se asume del pago de medicamentos, a lo que en Cataluña tenemos que añadir el euro de Boi Ruiz, que ya se añadía al céntimo sanitario de la gasolina que, por cierto, ¡en realidad son 4,8 céntimos! ¿Quién dijo copago? ¡Rerrerrepago!

Y lo más lamentable, dejando fuera del sistema sanitario a las personas - a veces me parece que algunos olvidan esta condición - inmigrantes en situación irregular con la excusa de que no cotizan IRPF (¿se hará lo mismo para el resto de ciudadanos que no hayan pagado IRPF? No lo descartemos.). Se trata de unas 150.000 personas - los  menores no cuentan - en situación precaria y que usan poco el sistema sanitario. Ahora les estamos diciendo que vayan a colapsar más las urgencias cuando su resfriado no curado se transforme en bronquitis o que si tiene tuberculosis que la vaya contagiando por ahí en vez de tratarla rápida y adecuadamente.
Recortes crueles, inútiles y xenófobos, la guinda que faltaba en el pastel. Está claro por qué aquí no arraigan los partidos de ultraderecha: no es necesaria con el PP que tenemos. Para qué necesitamos a Marine Le Pen, teniendo aquí a Esperanza Aguirre... o Felip Puig.

Y ojo, no se nos ocurra protestar, ni con violencia - que para usarla en exclusiva y con desproporción están los 'dragones' de la Brimo generadores de pánico - ni sin violencia, que para eso estará la reforma del Código Penal de ministro y conseller de Interior que pretende tipificar la resistencia pacífica como atentado a la autoridad. Piensa que el Gran Hermano Puig, que todo lo ve, hará que te aporreen, te detengan de forma arbitraria o colgará tu foto en una web como si fuesen un terrorista sin importarle un bledo las advertencias de los juristas.

¡Bienvenidos a 1984!                                                                                                                                                                       

1 comentario:

  1. Nunca novelas como 1984, Fahrenheit 451 o Un mundo feliz estuvieron tan cerca de nuestras vidas. Totalmente de acuerdo con la argumentación expresada en este artículo.

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