domingo, 20 de enero de 2013

Yussif vs Bárcenas: delitos y faltas

'Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios' (Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos)

Esta mañana, unas 70 personas - muchos de ellas del barrio del Poblenou y algunos representantes políticos de ICV, EUiA y ERC - hemos exigido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca la liberación de nuestros vecinos Yussif y Khadima. ¿Delitos cometidos por los detenidos? Ninguno. Tan solo una falta administrativa: encontrarse en situación irregular. En el caso de Yussif Idriss, se da la paradoja de que mañana lunes tenía cita en la Subdelegación del Gobierno junto a Sara, su pareja de hecho, para regularizar su situación.

A 600 km de allí, un tipo llamado Luis Bárcenas - acusado de los delitos de cohecho, fraude fiscal y evasión de capitales - goza de libertad y, al menos hasta ayer, de despacho, secretaria y chófer del partido en el gobierno. Además, ha tenido la fortuna - nunca mejor utilizado el término - de beneficiarse de la reciente amnistía fiscal de sus compañeros del PP en el gobierno, a los que podría haber pagado sobresueldos con parte de los 22 millones de euros de su cuenta en Suíza. Tampoco los exdirigentes de UDC condenados por el caso Pallerols han sido privados de libertad pese a sus demostrados delitos de apropiación indebida del dinero público.

En resumen, en este país es peor venir a trabajar honradamente en busca de una vida mejor que robar a los ciudadanos y llevarse el dinero a cuentas helvéticas. Sale más a cuenta cometer un delito que una falta administrativa.

¿Será porque el verdadero delito es ser pobre?


jueves, 3 de enero de 2013

2013: Código Puig


Curiosidad numérica: 2013 es el primer año en que no existe ninguna cifra repetida desde 1987. Pese a la inutilidad aparente de este dato, un profundo estudio numerológico esconde una fascinante clave: el Código Puig. Si el 1987 fue el año en que Felip Puig comenzó su carrera política como concejal en Parets del Vallès, el 2013 contiene las cuatro cifras que, acaso como epitafio político, mejor definen a tan siniestro personaje. Estos dígitos en orden decreciente son la cuenta atrás que marca su salida:

3: Cuando Pasqual Maragall lanzó su famosa acusación sobre el problema de CiU con el 3%, todas las miradas apuntaron a Felip Puig, último conseller de Política Territorial i Obres Públiques con Pujol y expresidente del Consell d'Administració d'ADIGSA, empresa pública donde presuntamente se cobraron las comisiones. Puig no llegó a estar imputado pero sí sus cargos de confianza.

2: La BRIMO (Brigada Mòbil) - antidisturbios de los Mossos d'Esquadra -, un 2% del total de efectivos del cuerpo policial, ha disfrutado con Felip Puig de una impunidad inaudita, que alcanzó su máximo 'esplendor' en el desalojo de Plaça Catalunya del 27 de mayo y en las actuaciones en las huelgas generales del 29 de marzo y 14 de noviembre. Absoluto apoyo a la violencia desaforada realizada por estos paramilitares - individuos armados no identificados - que han agredido con violencia a ciudadanos pacíficos e incluso mutilado a personas como Ester Quintana, cuando su misión es protegerlos.  Han actuado con la brutalidad policial de dictadura sudamericana y el anonimato de los paramilitares colombianos.

1: Somos el 99% - como dijo Occupy Wall Street y recoge este blog -, pero los poderosos del 1% siempre tienen a algún mamporrero que defienda sus intereses y privilegios. En este caso, frente a la amenaza que para ellos representan los 'descamisados' catalanes que han salido a la calle a defender sus derechos, ese dudoso honor ha recaído en el conseller del bate de béisbol.

0: Nivel de credibilidad con el que ha acabado su mandato Felip Puig. El esperpéntico final ha tenido tres actos, las tres comparecencias en que ha explicado que a Ester Quintana no la podían haber destrozado el ojo sus chicos sino el tirachinas de algún peligroso antisistema. En cada declaración, un nuevo documento gráfico ponía en evidencia sus mentiras. En la última, ofreció la cabeza de Sergi Pla, comisario de las BRIMO.

En el momento de escribir estas líneas, con la formación del nuevo Govern de la Generalitat, Felip Puig ha pasado de Preocupación (de los ciudadanos) a Ocupación (la Conselleria). Tras la patada, su culo ha demostrado una extraordinaria habilidad para caer en un nuevo sillón.