domingo, 12 de febrero de 2012

El neutrino veloz y el perro inexistente

Hace unos meses, investigadores europeos anunciaron un descubrimiento revolucionario: unos neutrinos (partículas subatómicas) se habían desplazado a una velocidad superior a la de la luz. La teoría de la relatividad de Einstein, que establecía la velocidad de la luz como límite máximo, estaba en entredicho. Hace pocos días, y una vez revisado el experimento, se detectó un error en uno de los aparatos que medían la velocidad de estas raudas partículas. Uno de los pilares de la relatividad sigue en pie.

Aunque no se puede negar la posibilidad empírica, costaba algo así.

Es la misma sensación que produce leer que el ministro de Economía, Luis de Guindos, propone la dación en pago de la vivienda para quien no pueda afrontar el pago de la hipoteca. Cuesta creerlo aunque al menos hay que reconocerle el mérito de adelantar por la izquierda a un PSOE que cuando estaba en el Gobierno ni siquiera planteó el tema y de recoger un tema que el 15-M ha puesto en la agenda de los partidos. El problema viene cuando se pasa del titular a la letra pequeña. Se observa que sólo está pensado para casos de pobreza extrema (es decir, para quien igualmente no podría pagar), que se van a hacer recomendaciones a los bancos y que se ofrecerán incentivos fiscales.

En resumen, como en el casino, la banca gana y hará lo que le dé la ídem, como hasta ahora (ofrecer carencias en las hipotecas, aceptar dación en pago, renegociar condiciones...) pero además ahora si lo hacen recibirán dinero de los contribuyentes en forma de incentivos fiscales para premiar su bonhomía. Y claro, uno piensa que cuesta más creer en la buena voluntad de la banca que en la posibilidad de que haya neutrinos que viajen más rápidos que la luz.

La banca, aunque tiene muchas sucursales en paraísos (fiscales), no tiene alma, como dicen algunos directivos para resumir qué significa la búsqueda del beneficio a corto plazo a costa de todo y todos.

Esa fue la frase que recibió un amigo mío cuando se resistía a aplicar las órdenes de su superior en la caja de ahorros. Para ofrecer un pequeño préstamo que necesitaba una anciana, clienta de toda la vida, era necesario endosarle un seguro que no necesitaba para cumplir los objetivos establecidos por la sucursal en cuanto a venta de productos. De hogar no podía ser porque ya lo tenía, de vida también, por lo que la solución fue hacer un seguro para un perro, aunque el perro, como los neutrinos veloces y la buena voluntad de los bancos, no existía.

La clienta se fue con el seguro a su casa y el directivo sigue en la caja dispuesto a asesorar a los clientes en lo mejor que pueden hacer con sus ahorros. La inquietante pregunta es: ¿lo mejor para quién?

¿Y mi amigo? Decidió ir a trabajar a la banca ética, donde no tiene que dejar sus principios a la puerta de la sucursal.

viernes, 3 de febrero de 2012

De sastres de jueces

Es fácil caer en los lugares comunes y decir - parafraseando al exalcalde jerezano Pedro Pacheco - que la justicia es un cachondeo, cuando a uno no le parecen bien ciertas sentencias judiciales. Es como quejarse de los árbitros cuando crees que perjudican a tu equipo.

Pero claro, una cosa es la justicia y otra la legalidad, del mismo modo que una cosa es la verdad y otra lo que seas capaz de demostrar. Me decía un amigo abogado que, en un juicio, hay tres verdades: la de la acusación, la de la defensa y la del juez. La cuarta, la verdad verdadera, no es relevante. 'En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira...' decía Ramón de Campoamor.

La decisión del jurado popular de declarar al expresidente del Partido Ídem en la Comunidad Valenciana 'no culpable' es difícil de digerir. El sastre con nombre de torero, José Tomás, no ha conseguido la condena de Camps pero sí someterle al ridículo de oir sus conversaciones con cabecilla de la trama Gürtel, diciendo aquello tan entrañable de 'amiguito del alma, te quiero un huevo', a su mujer lo de 'te has pasado veinte pueblos' tras recibir un detallito del Bigotes y a Ric Costa pedir '100 gramos de caviar'. La calidad democrática y judicial parecen estar a la altura de la musical y coreográfica de 'Paquito el chocolatero'? ¡Viva la pandereta levantina!

Mientras tanto, el juez Garzón - jaleado por el PP cuando se atrevió a investigar el GAL durante el gobierno socialista - acumula tres imputaciones en el Tribunal Supremo. Una de ellas a causa de la trama de financiación del PP y otra, la más indignante, por la aplicación en España de la doctrina con la que acusó a Pinochet: los crímenes contra la humanidad no prescriben. Entonces, no parecía molestar; ahora, el amparo judicial a las familias de los desaparecidos por el terrorismo franquista, es una prevaricación que atenta contra la Ley de Amnistía denunciada por un sindicato ultraderechista y por la Falange. La sombra franquista sigue siendo alargada en un país donde el partido que gobierna sigue sin condenar la dictadura y su terrorismo de estado.

Aunque a veces surjan motivos para la esperanza, como la imputación de los responsables del violento desalojo de los indignados de Plaza Catalunya, casos como los anteriormente descritos o el artículo 56.3 de la Constitución - 'la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad' - hacen difícil creer, como afirmaba nuestro olvidadizo e inviolable monarca acaso pensando en su emprendedor yerno, que todos seamos 'iguales ante la Ley'. Algunos parecen más iguales que otros...