'Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios' (Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos)
Esta mañana, unas 70 personas - muchos de ellas del barrio del Poblenou y algunos representantes políticos de ICV, EUiA y ERC - hemos exigido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca la liberación de nuestros vecinos Yussif y Khadima. ¿Delitos cometidos por los detenidos? Ninguno. Tan solo una falta administrativa: encontrarse en situación irregular. En el caso de Yussif Idriss, se da la paradoja de que mañana lunes tenía cita en la Subdelegación del Gobierno junto a Sara, su pareja de hecho, para regularizar su situación.
A 600 km de allí, un tipo llamado Luis Bárcenas - acusado de los delitos de cohecho, fraude fiscal y evasión de capitales - goza de libertad y, al menos hasta ayer, de despacho, secretaria y chófer del partido en el gobierno. Además, ha tenido la fortuna - nunca mejor utilizado el término - de beneficiarse de la reciente amnistía fiscal de sus compañeros del PP en el gobierno, a los que podría haber pagado sobresueldos con parte de los 22 millones de euros de su cuenta en Suíza. Tampoco los exdirigentes de UDC condenados por el caso Pallerols han sido privados de libertad pese a sus demostrados delitos de apropiación indebida del dinero público.
En resumen, en este país es peor venir a trabajar honradamente en busca de una vida mejor que robar a los ciudadanos y llevarse el dinero a cuentas helvéticas. Sale más a cuenta cometer un delito que una falta administrativa.
¿Será porque el verdadero delito es ser pobre?